En un entorno incierto, sometido a transformaciones rápidas —digitalización, nuevos modelos económicos, guerra del talento— la capacidad de innovar ya no se basa únicamente en las ideas. Depende de su organización. Más concretamente: de su staffing.
Porque plantear una buena estrategia sin las personas adecuadas en el momento oportuno… es como querer jugar al ajedrez sin piezas en el tablero. O con solo peones, cuando el cliente le pide un caballo.
Una constatación clara: las reglas del juego han cambiado
Seguramente lo ha constatado usted mismo “: asignar a las personas adecuadas a los proyectos correctos se ha convertido en un verdadero rompecabezas. Entre los perfiles que escasean, los proyectos que se aceleran y los imprevistos que se” invitan a la fiesta, cada vez es más difícil mantener el control.
Y mientras usted sigue buscando un UX senior disponible para el lunes, el cliente ya ha lanzado su sprint.
En este contexto, una gestión reactiva de los equipos ya no es un lujo, es un imperativo. Pero aún es necesario que su organización se lo permita.
Hágase la pregunta: ¿su staffing le ayuda a anticipar los movimientos del mercado… o le obliga a correr detrás, sin alcanzar nunca el tren?
Tres desafíos que superar para no quedarse atrás
1. Anticipar las necesidades con precisión
Ya no puede permitirse “»hacer lo mejor posible»” en el último momento.
Los mejores perfiles están solicitados en todas partes. Sin una proyección clara a 3 o 6 meses, corre el riesgo de:
- Retrasar sus proyectos
- Perder sus talentos clave
- Perder oportunidades… y explicar al cliente que “»Juan no está disponible, pero Pablo quizás pueda hacer algo parecido»”
2. Movilizar las competencias estratégicas en el momento adecuado
Innovar está bien. Hacerlo con los recursos adecuados está mejor.
Hoy en día, las agencias más ágiles saben exactamente dónde están sus joyas.
Y no, “»creo que sigue trabajando en el proyecto del año pasado»” no es una estrategia de RRHH recomendada.
3. Alinear staffing y estrategia de innovación
Sus proyectos de I+D, sus ofertas diferenciadas, sus ambiciones de crecimiento: todo depende de su capacidad para asignar los perfiles adecuados, en el momento oportuno, a los temas correctos.
El staffing ya no es una función de apoyo. Es una herramienta de alineación estratégica. Y una salvaguarda contra la reunión de crisis del viernes por la tarde.
5 acciones concretas para retomar el control
- Centralice la visión de sus recursos: una sola herramienta, una sola fuente de verdad (y un poco menos de idas y venidas en Slack).
- Proyecte sus cargas y disponibilidades a 3-6 meses: porque la bola de cristal funciona regular.
- Implemente una revisión mensual de las asignaciones críticas: lo que no se mide a menudo acaba en urgencias.
- Estructure una base de competencias evolutiva: para saber quién sabe hacer qué… sin tener que realizar una investigación interna.
- Conecte staffing, proyectos y gestión financiera: porque la rentabilidad no es una mala palabra.
¿Y si transformara su gestión desde ahora?
Lo ha entendido: en un mercado inestable, la diferencia se hace en su capacidad para movilizar rápidamente los recursos adecuados. Sin echar a suertes.
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