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La IA: ¿amiga o enemiga de los trabajadores?

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Furious ERP

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2023 marcará la democratización de la Inteligencia Artificial.

Al menos eso es lo que coinciden en decir numerosos profesionales al ver las diferentes tendencias que empiezan a emerger: código abierto, IA generativa, regulación específica sobre el tema…

Prueba de ello es que hoy casi todo el mundo ya ha oído hablar de ChatGPT y que ya se han puesto en marcha sistemas de prevención y detección para evitar ciertos fraudes.

El hecho de que Google y Microsoft decidan lanzar su propio chatbot, no hace más que confirmar que la IA tiene un buen futuro por delante.

No hay que creer en los mitos

La inteligencia artificial a menudo se percibe como un peligro para el género humano o para los empleos debido a su asociación con películas de ciencia ficción como «Terminator» o «I Robot».

Pero no tiene por qué ser así.

En la era digital donde se crean miles de millones de datos cada día, hay que considerar la IA como un conjunto de herramientas que puede ayudar a resolver problemas más rápidamente e interpretar instantáneamente datos complejos una vez que se han planteado las preguntas correctas y la herramienta está configurada adecuadamente.

Una ayuda valiosa para los trabajadores que simplemente correlacionará un gran número de datos más rápidamente de lo que podría hacerlo un ser humano.

Se puede hacer perfectamente una analogía con el cultivo de tierras hace un siglo. En aquella época, los campesinos cultivaban pequeños terrenos con las herramientas que tenían a su disposición como arados o azadas. Después, las herramientas se desarrollaron con la llegada de la tecnología y permitieron cultivar con menos esfuerzo miles de hectáreas.

Los avances tecnológicos vinieron a aliviar el trabajo humano y no a reemplazarlo.

Hay que adaptar la IA a tu profesión y no al revés

Por supuesto, ciertos oficios y sectores serán más propicios que otros en la adopción de esta tecnología.

Tomemos el ejemplo de las empresas que procesan grandes cantidades de datos sobre sus clientes y operaciones. La IA y los ERP se alían ahora para ofrecer un valor añadido real, proporcionando información precisa, recomendaciones proactivas y análisis mucho más rápidos que un procesamiento manual.

En lugar de reemplazar a los trabajadores, la IA puede acompañarlos en su trabajo ayudándolos a comprender los datos complejos.

Llevemos el razonamiento un poco más lejos con el ejemplo de un panadero. Este último no necesitará IA de momento. Su experiencia es irremplazable: las harinas y los fermentos son materias vivas, demasiado cambiantes e irregulares para ser dominadas por una inteligencia artificial.

Pero si alguna vez tiene que procesar grandes volúmenes de datos sobre sus clientes o sus operaciones, entonces sin duda habrá un valor añadido que encontrar con la IA.

Se puede perfectamente imaginar que la tecnología de cobro evolucionará para asegurar y facilitar la transacción de manera que libere la atención del cliente y de la vendedora.

La caja central podrá ser cada vez más inteligente con una diversificación de las aplicaciones empresariales: gestión de pedidos a distancia, de stocks, de compras, del sitio e-commerce, de los procedimientos de higiene y trazabilidad, información a consumidores (ingredientes, alérgenos), recomendaciones comerciales, etc.

La experiencia de usuario en el punto de venta y la integración de las herramientas digitales estarán entonces en el centro de la innovación y la relación comercial se verá así enriquecida.

El ser humano aún tiene buenos días por delante

Es perfectamente comprensible que ciertas categorías de empleos teman por su futuro. Pero en lugar de entrar en pánico, veamos más bien aquí la oportunidad de formarse en nuevos temas para aportar su toque de humanidad que ninguna inteligencia artificial posee aún.

En 2019, la OCDE declaraba que: «Solo el 14% de los empleos existentes presentan un riesgo de completa automatización, y no cerca del 50% como sugieren otras investigaciones.» Además, el 32% de los empleos podrían «cambiar profundamente», sin llegar a desaparecer.

Queda hoy una enorme brecha que cubrir antes de llegar a una IA que sea comparable a una inteligencia humana, especialmente en cuanto a la capacidad de comprender contextos de interacciones entre individuos y/o con objetos. Por eso integrar estas nuevas tecnologías con un enfoque estratégico es esencial para dirigir bien tu empresa y acompañar las evoluciones del mundo laboral.

La IA es y seguirá siendo el resultado de una arquitectura de software (tipo de redes neuronales, número de capas, métodos de aprendizaje, etc.) procedente de una lógica humana.

Las tareas repetitivas y poco complejas deben así ser asignadas a la máquina, y la elaboración de conceptos y proyectos al ser humano.

El desarrollo de la IA no tiene vocación de ir contra el ser humano porque siempre harán falta personas para plantear las preguntas correctas y hacer fructificar el trabajo de estas inteligencias.

Por tanto, es importante comprender su valor añadido desde ahora y utilizarla de manera estratégica para acompañar el trabajo de los colaboradores y hacerlos evolucionar en lugar de reemplazarlos.

Esta tribuna de Davy Tessier, CEO fundador de Furious, se puede encontrar en Forbes.

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